jueves, 3 de marzo de 2016

Palco de Prensa: Los “chapulines”

Por Gilberto Lavenant
Hay quienes equiparan a los políticos, con los chapulines, esos animalitos que se la pasan brincando de un lado a otro. Los políticos lo hacen en temporada electoral. Aún no concluyen el cargo para el que fueron electos y lo dejan, para intentar ocupar otro.

Otros dicen que parecen changos, brincando de una liana a otra.
Esto se observa en todos los partidos políticos. Los que están en la legislatura, dejan la curul, para lanzarse por una alcaldía o de perdis por una regiduría. Los regidores, se separan, para tratar de alcanzar una diputación. Total, es un cruzadero, de un lado a otro.
Esto ha molestado a los ciudadanos en general y ha preocupado a los dirigentes de los organismos empresariales, por ejemplo. Un día pidieron el voto para llegar a una posición y, sin haber cumplido plenamente su cometido, ahora se lanzan a una nueva aventura política.
Es absurdo, se observa, que pretendan buscar nuevos proyectos, sin concluir los que un días prometieron. Dejan truncos planes, que sus suplentes no han de continuar. Es más, que ni siquiera van a entender.
Esta semana, en la reunión mensual de Coparmex, el dirigente empresarial, Gustavo Fernández León, hizo referencia al tema de “Los chapulines” y dijo que afecta a la administración pública la desbandada de funcionaros, legisladores o regidores, que piden licencia para abandonar el cargo, para ir en busca de uno nuevo.
Seguramente desconcertó a quienes le escuchaban, cuando señaló que se debe volver a analizar la “Ley Antichapulín”, para tratar de evitar ese tipo de movimientos.
Para quienes no lo recuerden, cabe decir que el 12 de julio de 2002, los 25 diputados de la 17 Legislatura de Baja California, aprobaron reformas al Artículo 42 de la Constitución del Estado, para evitar que quienes detentaban un cargo de elección popular, se postularan para otro cargo similar, sin antes concluir aquél. A esta disposición es a lo que se llamó la “Ley Antichapulín”.
Esta pretendía impedir que diputados locales, alcaldes, síndicos procuradores y regidores, fuesen candidatos, mientras no concluyeran el cargo que ostentaban. Al menos hasta 3 años después de haber concluido la gestión para la que fueron electos.
Mario Herrera, en su obra “Baja California 60 años de Constitución”, hace un detallado análisis sobre el tema. Indica que hubo cuatro reformas al artículo 42 constitucional. La primera el 15 de enero de 1999, en la administración de Alejandro González Alcocer. La cuarta, el 2 de octubre de 2011, en la administración de José Guadalupe Osuna Millán.
Con la “Ley Antichapulín”, pasó, lo que ahora ocurre con la equidad de género. Se estableció, básicamente, como una “trampa” para los rivales políticos. Finalmente fue eliminada, por improcedente y porque al primero que afectó fue al empresario casinero Jorge Hank Rhon, pues fue un impedimento temporal cuando trató de contender a la gubernatura de la entidad.
Inicialmente, en junio de 2007, el PAN impugnó la candidatura de Hank Rhon, a la gubernatura estatal, argumentando que no podía contender, pues aún no concluía su gestión como alcalde de Tijuana. El empresario se vió impedido para continuar su campaña, hasta que el TRIFE resolvió a su favor, observando que la disposición violaba sus derechos constitucionales a votar y ser votado.
Finalmente Hank triunfó en los tribunales electorales y pudo contender como candidato priísta a gobernador, pero fue derrotado por el panista Osuna Millán.
En febrero de 2011, la Comisión de Gobernación, Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado, aprobó derogar la llamada “Ley Antichapulin”, disposición que estaba vigente, pero que era improcedente.
Esto en sesión presidida por el diputado priísta Juan Montejano y en la que fungió como secretario el panista Ricardo Magaña. Formaban parte de la misma las diputadas Nancy Sánchez Arredondo y Lizbeth Mata Lozano, así como los diputados Julio Felipe García Muñoz y Jorge Lozano Pérez.
La “Ley Antichapulin”, es solamente una página borrosa de la historia política de Baja California. Tratar de revivirla, es absurdo e inútil. Los políticos lo saben y por ello se dan vuelo, brincando de un cargo a otro.
Sin embargo, es importante destacar que llama la atención que los políticos monopolizan los cargos públicos. Son unos cuantos los que los usufructúan. Hoy están aquí y mañana están allá.
Es criticable, que habiendo tantas posiciones, unos cuantos se apropian de estas. Como diría el “perro” Bermudez, en una crónica futbolera : -tuya, mía, te la paso, me la pasas. Y no le dan oportunidad a otros, que siempre están en la banca, en espera de “jugar" aunque sea durante unos minutos, antes de concluir el partido.
El sistema está tan viciado, que los políticos forman sus propios partidos, con lo que garantizan, que podrán formar parte de la legislatura o de los ayuntamientos, como diputados o regidores de lista, o sea aquellas posiciones que se les asignan, sin necesidad de salir a la calle a solicitar el voto.
Aunque es el colmo, que siendo diputados, pidan licencia para ser candidatos a alcaldes o regidores, y visceversa, que siendo regidores, síndicos o alcaldes, dejen el cargo para ir por una diputación.
“Los chapulines” seguirán saltando, de cargo en cargo, en tanto no haya nada que se los impida. Y los demás, como los “chinitos”, nada más “milando”.
gil_lavenants@hotmail.com

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