viernes, 6 de noviembre de 2015

Palco de Prensa: Las coqueterías

Por Gilberto Lavenant
La renuncia de Miguel Angel Badiola Montaño, a la Presidencia del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, parece poner fin al escándalo generado por la pretendida promoción turística de la zona de tolerancia, conocida como Zona Norte, a través de la campaña “Tijuana Coqueta”.

Sin embargo, aún falta aclarar algunas cosas.
Cuando el Alcalde Jorge Astiazarán Orcí, se vió metido en el escándalo, sumamente molesto reclamó a Badiola el que lo haya involucrado en ese asunto, planteado originalmente como la transformación urbanística de la llamada Zona Norte.
Estaba tan molesto el Alcalde, que en cortito le pidió a Badiola, la renuncia, relativa a la presidencia del Cotuco. Pero este, a su vez, se sintió ofendido y, supuestamente tratando de demostrar que había sido un mal entendido, convocó a conferencia de prensa, para el día siguiente por la mañana.
El solo anuncio de la pretensión de reunirse con los periodistas, en lugar de renunciar, molestó aún más al Alcalde, quien entonces emitió un comunicado, para dar a conocer, públicamente, la petición en mención.
Como niño regañado, pero indignado, Badiola convocó a los consejeros del Cotuco, entre quienes se encuentra el dirigente de los propietarios de bares y centros nocturnos de la Zona Norte, quienes le manifestaron su respaldo, para que siguiera al frente del Comité de Turismo y Convenciones.
Badiola, convencido de que había vencido al Alcalde, expresó con orgullo : ¡no renuncio!
Esto, hizo ver mal Alcalde. Y se dió por entendido, que no tenía facultades para cesar a Badiola y que el Cotuco era un organismo totalmente autónomo.
Astiazarán se tragó el coraje y decidió esperar a que todo volviera a la calma y en espera de que alguien le advirtiera a Badiola, que estaba mal, en su propósito de retar al Alcalde.
Hoy se puede decir, que alguien le dijo a Badiola, que conforme al Reglamento del Cotuco, el Presidente Municipal no tiene injerencia alguna sobre el funcionamiento de dicho organismo. En principio, esto es cierto, pues dicha reglamentación es totalmente obsoleta.
Sin embargo, nadie le dijo que también es aplicable al Cotuco, el Reglamento de las Entidades Paramunicipales, en el que se establece que es el Alcalde quien preside los órganos de gobierno de este tipo de organismos, creados por el Ayuntamiento.
Seguramente Badiola nunca leyó el contenido del Artículo 21 del reglamento de las Entidades Paramunicipales, que claramente señala que : “El titular del organismo descentralizado será nombrado por el órgano de gobierno, de una terna propuesta por el Presidente, quien podrá removerlo si existe causa justificada”. El pretender promover turísticamente la zona de tolerancia, y con ello el turismo sexual y todos los vicios que proliferan en la misma, es causa justificada para que el Alcalde lo cesara.
Don Miguel Angel, tardó en reconocerlo. En entender aquella conseja popular que advierte : “donde manda capitán, no gobierna marinero”.
Así es que la permanencia de Badiola, en la Presidencia del Cotuco, no dependía del apoyo de los Consejeros, que carecen de facultades ejecutivas. No son socios de una empresa mercantil. Cotuco es una institución pública, que depende del gobierno municipal de Tijuana. Los consejeros, lo que integran es un Consejo Consultivo, para que a nombre de los sectores u organismos que representan, participen en la elaboración y desarrollo de los programas promocionales.
Nadie niega que Badiola hizo un excelente papel al frente de Cotuco. Al menos, mucho mejor que todos los que le antecedieron. Pero se resbaló, cuando erróneamente pensó que el promover turismo sexual y todos los vicios que se practican o ejercen, en los antros de la Zona Norte, es parte de las facultades y funciones del Cotuco. Algo aberrante, sobre todo el hacerlo con recursos públicos.
La experiencia, de este escándalo, debe obligar a las autoridades municipales, a revisar y actualizar los reglamentos de este tipo de organismos, para precisar la forma de integración y operación, así como el alcance de sus objetivos y funciones.
En especial, darles un curso de capacitación, a quienes se les encomienda la dirección y operación de las paramunicipales, para que entiendan que son instituciones de derecho público, no particulares, y para que no se desvíen o se salgan de su ámbito. Ni hagan el ridículo.
Aquí vale la pena advertir, que todos aquellos ciudadanos, que aspiran a ocupar algún cargo público, sean de elección popular o de designación, deben estudiar un poco la reglamentación que rige la administración pública.
Esto, es ajeno a las cuestiones partidistas. Es de conocimiento de las cuestiones legales y de sentido común. En la función pública, salen sobrando los istas y los “padrinos”. Lo mínimo que se requiere, es sentido común. A don Miguel Angel Badiola, le falló. Perdió el rumbo, por completo. Le faltó el sentido común.
Algo sumamente delicado, porque pretendía llegar a ser postulado como candidato a diputado para los comicios del 2016. Bueno, dice que los legisladores, son simplemente “levantadedos” y que eso, cualquiera puede hacerlo. Hasta él.
gil_lavenants@hotmail.com

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