sábado, 17 de marzo de 2012

¿Envidia?

Por Teresa Gurza
No sale el país de una, cuando llega la otra…


¿Qué me dice usted de las grabaciones telefónicas hechas por de la DEA en este sexenio a los principales narcos mexicanos?.

Si la DEA lo sabe todo, ¿porqué no el gobierno?; ¿es incapaz; le falta tecnología; o los panistas resultaron más corruptos de lo que pensábamos?

¿Qué sorpresita ocultan sus últimas menciones sobre el Chapo?

Primero fue rápido y furioso, ahora las grabaciones, la resolución del caso Cassez y sobornos de alto nivel y altas cantidadades…

Todo eso me ha llevado a pensar que lo que el PAN tenía cuando criticaba lo que hacía el PRI, era envidia y no espíritu democrático; porque ahora que puede, hace lo mismo.

Ha copiado Calderón tan bien a los príistas, que inaugura escuelas que carecen de luz, agua y computadoras; imprime su mano en cementos ajenos; y en vísperas electorales sigue repartiendo lo que puede, para atraerse votantes de última hora buscando que su partido no sufra el descalabro que todos adelantan.

¿Y qué esconde su repentina actitud de amistad con el priísta Fausto Vallejo, a quien antes acusó de liarse con el narco y hoy barbeándole le promete que "ahora sí", habrá recursos para Michoacán?

Seguramente algo porque Calderón gratis, no hace nada y mucho le sale mal.

Sus “dedazos” han creado rebeldías que debe cicatrizar con canonjías, premios de consolación y recursos públicos.

Pero con los que no son panistas parece insensible; corta con bombo listones de obras inconclusas; ordena sacar a los atletas del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (Cnar), para que sus hijitos y amigos puedan disfrutar en esas instalaciones, sin presencia de extraños.

La misma falta de respeto muestra Josefina; esa candidata de sonrisa insulsa y permanente que llevó a sus mítines indígenas con la oferta de un desayuno.

Que luego sus colaboradores les quitaron y aventaron al piso junto a pañales y mamilas de sus bebés, como pudimos ver en una foto de Reforma.

Estoy convencida de la importancia de los partidos políticos para la democracia; pero estoy dudando de que los nuestros, lo sean realmente; porque no se comportan como tales.

Y para muestra hay muchos botones descosidos de la prensa nacional; cuyas notas indican que los tres partidos principales actúan por el estilo.

Acarrean niños y adultos a sus mítines; inflan padrones y afilian en bola; tapan ilegalidades y tranzas, de las que sólo nos enteramos hasta que alguien es despedido o “renunciado”; se traicionan y chantajean para metee a candidaturas a hijos, hermanos, esposas y empleados.

Y todos, pero sobre todo el PRD, actúan como si se tratara de ganar peleas internas por candidaturas menores; y no de tener mayoría en el Congreso y ganar la Presidencia.

Ser partido político es otra cosa.

Implica hacer a la ciudadanía planteamientos claros de lo que se propone al país.Respetar estatutos partidistas y leyes nacionales; formar cuadros y educar militantes para la democracia.

Y no andar pepenando donde quiera, lo que va sobrando en la resaca de la avalancha por las candidaturas.

Implica tener orgullo por los propios principios y emblemas; en lugar de medio ocultarlos en la propaganda de campaña, para presumir que no se es político.

Privilegiar la organización antes que a los intereses personales; tener lealtad a los compañeros, sin rebatingas, zancadillas y brincos a otra organización, ante el menor asomo de que se perderá el puesto o la candidatura ambicionada.

Implica que militantes y personalidades no tengan nexos con el crimen organizado, ni le deban favores.

Que sus legisladores no falten a las sesiones que tan bien se les pagan; y voten según sus convicciones, sin desaparecer de ellas dejándolas sin quórum para evitar comprometerse.

Implica no aprobar leyes inteligibles, inútiles, o que echan para atrás lo ya conseguido; y menos hacerlo con sigilo y mustiedad como sucedió con la reforma que acaban de entregar a los más atrasados y mochos de México.

Y en este caos partidista y en esta absurda veda política, surge la todavía sobreviviente Elba Esther para amenazar con sacar maestros a las calles y decir que en el PRI aún no muere lo que debe morir.

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