jueves, 28 de octubre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Midiendo fuerzas
Por Gilberto Lavenánt
El conflicto que protagonizan el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán y el bloque de diputados priístas, apenas al inicio de funciones de la XX Legislatura Estatal, tan solo es como un ¨round de tanteo¨, o de estudio, al estilo de los pugilistas que durante el primer asalto, apenas si se tocan. Lo realmente fuerte, sonado o escandaloso de este asunto, vendrá después.
Podría decirse que lo que abrió esta pelea, fue el veto que hizo valer el Gobernador, para dejar sin efecto la aprobación de una nueva Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado, argumentando austeridad y el evitar duplicidad de funciones. Fue un golpe contundente, que sorprendió a sus adversarios.

La nueva ley, fue aprobada por todos los legisladores, de todos los partidos políticos, a tal grado que parecía que habría cierta armonía entre ellos, acorde con los llamados a las relaciones maduras y equilibradas, de parte del Gobernador.

Ahora que se habla de volver a aprobar el mismo proyecto de ley, los legisladores escogieron sus respectivos bandos. Por un lado los afines al Gobernador, los del PAN, PANAL y PRD, y por el otro, los rivales, los priístas, y sus aliados, los del PVEM, PT y PEBC. Del primero de dichos bandos, 9 y del otro 16.

Ya se sabe que 9, son menos que 16 y que por lo tanto, los priístas y sus aliados llevan la de ganar, pero requieren uno más para lograr tener la mayoría calificada exigida en casos especiales, como en este para anular el veto del Gobernador o cuando se trate de reformar la Constitución.

Se sabe que los altos mandos priístas están negociando en la capital del país, para convencer a la maestra Gordillo, líder nacional del magisterio y propietaria del PANAL, para que gire instrucciones, a fin de que uno o los dos diputados de su partido, que forman parte de la Legislaturas Estatal, se sumen a los rojos o tricolores, para alcanzar la anhelada mayoría calificada, con la que el PRI prácticamente tendría el dominio absoluto del Poder Legislativo y entonces sí estaría en condiciones de poner contra la pared al osado Jefe del Ejecutivo Estatal, que les ha retado abiertamente, al hacer valer el ya famoso veto.

Por ello se ha demorado un poco lo de volver a aprobar la iniciativa vetada y por eso se advierte que hasta ahorita, se han dedicado a medir fuerzas. Las cosas están a favor de los priístas y de sus aliados, pero lo estaría aún más, si logran al menos un voto más, para alcanzar la mayoría calificada, como lo hicieron los diputados panistas de la XIX Legislatura, cuando, mediante oscuras negociaciones, lograron el voto de la priísta Edna Mireya Pérez.

Son varios los representantes de organizaciones sociales de la entidad, que han externado su preocupación ante estas rivalidades y las consecuencias negativas de todo ello. Aquí, es evidente, salen sobrando los intereses de Baja California, pues predominan los intereses partidistas.

Si el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, no logran conciliar, se avizora que habrá un estancamiento político y quizás hasta un retroceso social y económico en los próximos tres años, pues, sin duda alguna, se frenarán los procesos legislativos, y en el caso de las propuestas de legisladores panistas, invariablemente su destino será la ¨congeladora¨, aunque sean viables, factibles o positivas.

Pero esto, también se reflejará en tropiezos y trastornos en las labores del Poder Ejecutivo, pues las tareas fiscalizadoras de los legisladores, serán mucho más severas, restrictivas y cerradas ante los requerimientos de aprobación de planes y programas de obras o servicios.

Es entonces cuando se fortalece la idea de que urge una reforma de Estado, que libere a la administración pública, que durante años ha estado secuestrada por los partidos políticos, lo que se nota ahora mucho más con la llamada alternancia política. Los partidos políticos, gobiernan para ellos y en beneficio de sí mismos, no para beneficio de los gobernados.

Por cierto, los que también han quedado mal parados, en todo esto, son los diputados panistas, afines al Gobernador Osuna Millán, pues sus votos y pronunciamientos, son a favor del ejecutivo, aunque esto sea en demérito del legislativo. La sumisión partidista, les aniquila. Como que no aprendieron la lección del 4 de julio.

Tal parece que, unos y otros, llegaron al Poder Legislativo, no a pugnar por el bienestar de los bajacalifornianos, sino a defender intereses partidistas.

Qué lamentable.

gil_lavenant@hotmail.com

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