sábado, 24 de julio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* La estrategia : “De librito”
Por Gilberto Lavenánt

El hecho de que en días pasados haya estado en Baja California el Senador Manlio Fabio Beltrones, uno de los priístas más influyentes a nivel nacional, y ahora la dirigente máxima del Partido Revolucionario Institucional, Beatriz Paredes, puede llamar la atención de propios y extraños. Sobre todo, más a los extraños que a los propios.

Mucho se ha especulado en torno a esto, pero todo tiene su orígen y su explicación. Según comentan priístas estrechamente relacionados con la cúpula tricolor.

La versión más comentada, en torno a esto, fue en el sentido de que todos, y principalmente el Senador Fernando Castro Trenti, conocido como “El diablo”, querían cobrar una supuesta cuota de poder, exigiendo posiciones dentro de las administraciones municipales priístas e incluso en la legislatura estatal.

Se dijo también que se trataba de establecer el control de munícipes y diputados locales, de alguna manera porque eso representaba ostentar un poder superior, desempeñando el papel de mediador o interlocutor en la relación con el panista Gobernador de Baja California.

Las condiciones políticas que se presentaban, luego del triunfo priísta, o la derrota panista, según lo vea cada quien, del 4 de julio, eran inmejorables, para los proyectos políticos de los próximos tres años. El 2011, casi un receso, el 2012 las elecciones presidenciales y el 2013 la gubernatura de Baja California.

Sin embargo, todo surgió, podría decirse, en principio por el nerviosismo o azoro inicial de los candidatos priístas electos. No lo podían creer, en una primera impresión, y después, se lo creyeron de más. Efectivamente, así ocurrió. De casi una derrota anunciada, pasaron al plano del triunfo inesperado y ya en la cúspide de la victoria, se sintieron merecedores de la misma.

Luego, vendría la soberbia, el sentir que ganaron por “guapos” e “inteligentes”, cuando que los observadores políticos, como los dirigentes de Coparmex, habían advertido que de todos los candidatos, de todos los partidos políticos, no había de donde escoger. Que todos eran malitos y que por lo tanto votarían por los menos peores. Seguramente esa fue la opción que escogieron, y de ahí los resultados de los comicios.

Se explica que hubo necesidad de “jalarles los pies”, y las orejas, para volverlos a la realidad, pues más de uno de los electos, había perdido el piso. Lo peor fue aquella publicación en la que los alcaldes electos presumían que el suyo era un triunfo ciudadano y no un triunfo político y advertían que no requerían de intermediarios. Y aunque no lo decían en esa publicación, dieron a entender que mucho menos querían la intervención de “el diablo”, Castro Trenti.
Ahora explican que la presencia de Castro Trenti, no fue por iniciativa personal, sino como una comisión de la cúpula partidista. Temían y auguraban la derrota, si es cierto, pero obtuvieron un triunfo y sería sumamente grave desaprovecharlo. Sobre todo, ante la inexperiencia e inmadurez política de los propios priístas protagonistas de ese triunfo electoral.

Los electos se empezaron a ver pequeños e inmaduros. La cúpula partidista comisionó a Castro Trenti, para advertirles que debían rectificar, que no se mandaban solos, que el triunfo sin estrategia, es el anuncio de una nueva derrota.

Como no le creyeron del todo, hubo necesidad de que viniera Beltrones. Como todavía así persistían algunas dudas y titubeos, vino la propia dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes.

La estrategia a seguir, es muy sencilla. Como se dice en términos beisboleros, tendrán que jugar “de librito”. No de mera inspiración. Sin mareos. Conscientes de su realidad. Que entiendan que ganaron, porque los del partido de enfrente, los panistas, hartaron a los ciudadanos. Y que si los priístas incurren en lo mismo, pues les ocurrirá lo mismo dentro de tres años.

Ya se les dijo, en privado, y en público, que no se les impondrá a nadie, que escojan a sus colaboradores. Pero que sean individuos que vayan a trabajar, no a robar. Se los había dicho Paredes en la capital del país, se los repitió Beltrones en Mexicali y ahora de nueva cuenta doña Beatriz, aquí en Tijuana.

Pero algo muy importante, no obstante la autonomía o independencia de cada quien como autoridad municipal, o como legisladores, será el partido el que vigile y oriente las relaciones con el gobierno estatal panista y con el Gobernador Osuna Millán. Nada de contraer compromisos personales. Esto será algo así como la relación de pesos y contrapesos.

Por ello, el PRI ofreció abrigo pleno a sus futuros funcionarios. Les pondrá a su disposición todo el apoyo técnico y asesoría, para que rindan lo mejor posible en sus respectivos cargos. No estarán solos en los próximos 3 años. No tendrán que tranzar con el Gobernador Osuna Millán. Al revés, este tendrá que aportar, voluntad, recursos, apoyos. Tendrá que escuchar y atender reclamos y necesidades.

Los comicios del 4 de julio, fueron apenas el principio. Las siguientes metas, son el objetivo real. Primero la presidencial en el 2012. Luego la gubernatura bajacaliforniana en el 2013. Por ello, los priístas, van a jugar “de librito”. Y como ocurre en el beis, alguien les tiene que dar las instrucciones. A alguien le toca hacer las señas, para que “el hombre al bat”, entienda la jugada a seguir. En política, también se usan “las señas”. El problema es que no todos las entienden.
gil_lavenant@hotmail.com

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