lunes, 7 de junio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Funcionario cochinón
Por Gilberto Lavenant

Es curioso cómo cambian los individuos. Como ciudadanos, pueden ser de los más acérrimos críticos de políticos o funcionarios públicos. Cuando llegan a la función pública, incurren en lo mismo que tanto criticaron.

Ese es el caso del Ing. Jorge Arredondo Uribe, Delegado de SIDUE, Secretaria de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Gobierno del Estado, en Tecate. La dependencia que representa, tiene a su cargo preparar los proyectos y realizar las obras de infraestructura que realiza el Gobierno del Estado. Sean estos mejoramientos de vialidades, edificaciones o reordenamiento urbano.

Arredondo cuenta que antes de ser funcionario público, era asiduo tribunero. Se la pasaba criticando a los funcionarios públicos incumplidos o corruptos. Ahora, que está del lado del sector público, evidentemente aprovecha perfectamente la posición en su beneficio.

Y no crean que es cuento. Se le ve muy formal y serio, pero evidentemente también es cochinón. Como los funcionarios que antes acostumbraba criticar.

Resulta que gracias al cargo, dispone de información privilegiada. Conoce a la perfección donde habrán de realizarse obras en un futuro próximo e incluso a largo plazo. Sabe qué terrenos, de poco valor, de pronto habrán de cambiar y adquirirán una plusvalía importante, luego de las obras a realizar.

Como funcionario, se dió a la tarea de hacer las indagaciones necesarias para identificar y localizar a los propietarios de un predio, con superficie de más de 407 mil metros cuadrados, ubicado en el cauce del Rio Tecate.

Logró identificar y localizar a los propietarios, e incluso inició negociaciones a efecto de que se le enajenaran al Gobierno del Estado, superficies de terreno que requerían para la ampliación del Boulevard Los Encinos.

Dada la seriedad y formalidad con la que se conducía, se le dió la oportunidad de que se llevaran a cabo los trazos iniciales de la obra, en tanto se formalizaba la compra de la fracción de terreno a afectar.

Sin embargo, grande fue la sorpresa para los propietarios del predio mayor, cuando en marzo pasado, al realizar estudios topográficos, detectaron que el Ing. Arredondo ya había apartado para sí mismo, una fracción de 2,384.411 metros cuadrados. Aprovechando su cargo de funcionario público y sus relaciones en el Ayuntamiento a cargo de Donaldo Peñalosa, su hermano Eduardo es el Síndico, logró que catastralmente registraran dicha fracción de terreno a su nombre y que además se le asignara clave catastral.
Pero no contaba conque lo iban a descubir y mucho menos que lo iban a denunciar penalmente. Tales hechos fueron denunciados ante la Procuraduría de Justicia del Estado, con fecha 31 de Marzo de este año, procediendo a integrar la averiguación previa 973/10/200/AP.

Dentro de la indagatoria, el funcionario compareció a declarar el 27 de abril y designa como su defensora particular a la Licenciada Rosalba Leyva Bustamante, asesora jurídica de la Delegación de SIDUE. No se sabe, si la asesoría fue parte de las funciones de dicha profesionista, o si el funcionario le pagó honorarios con sus propios recursos, toda vez que su presentación era como indiciado y no como representante de Sidue.

Arredondo se defendió, pero con argumentos infantiles, inverosímiles. Dijo que había celebrado un contrato de cesión de derechos, involucrando a tres supuestos vendedores.

Sentado en el banquillo de los acusados, la jugó de inocente. Reconoció saber quienes eran los propietarios del predio, pero juró que no lo sabía cuando hizo la operación.

¿Sabrá el Ing. Luis López Moctezuma, titular de Sidue, que su delegado en Tecate ha sido denunciado como invasor de predios ajenos ?

Pretender beneficiarse con la información privilegiada que tiene a su disposición, como funcionario público, es incurrir en una falta de probidad, que amerita su cese. Salvo prueba en contrario, los hechos lo convierten en un funcionario cochinón.

La indagatoria, aún sigue su curso. Lo cierto es que el funcionario estatal realizó operación de compra-venta respecto de un predio, con terceros ajenos, que quizás para un simple ciudadano podría ser considerada como una compra de buena fé. La coartada no puede ser válida para un profesionista conocedor de bienes inmuebles y mucho menos para un funcionario encargado de regularizar asentamientos humanos.

Nada más falta que diga que lo “chamaquearon”.

gil_lavenant@hotmail.com

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