miércoles, 15 de abril de 2009

MOLESTOS POR ESPERA EN HOSPITALES

Por Teresa Gurza
Una reciente encuesta hecha en Chile, informa que lo que más irrita a los chilenos es tener que esperar horas en hospitales, la sobreventa de boletos aéreos y los baches.

El diario El Mercurio y la organización Opina S.A. unieron sus esfuerzos en un sondeo sobre temas del consumidor, buscando conocer cómo andan las cosas por acá.
Entrevistaron para eso a 400 personas mayores de edad y residentes en las 32 comunas que forman el Gran Santiago; y les pidieron que calificaran los 25 problemas "más exasperantes" de la vida diaria.
La encuesta incluía la calificación de servicios básicos como teléfono, agua, luz, gas, tv cable, instituciones de salud y previsión, casas comerciales, bancos, supermercados, atención municipal, restaurantes y aerolíneas.
El Mercurio tiene una sección llamada Línea Directa, en la que los usuarios reclaman ayuda para problemas que no han podido resolver; y según el diario la mayoría de las quejas se concentra en las empresas telefónicas por interrupción de servicios, facturación, y equipos con fallas.
En los bancos, por imposibilidad de cerrar cuentas, cajeros de los que no sale todo el dinero solicitado pero sí lo cobran, y otros cargos erróneos y que cuesta un mundo que los eliminen.
La encuesta precisó que casi el 86 por ciento de las personas que tuvieron problemas en algún servicio, presentaron reclamos formales o informales ante las empresas correspondientes.
Y entre los 25 problemas que "sacan roncha", mencionaron en primer lugar por su gravedad y por las consecuencias que puede acarrear, la tardanza en la atención de especialistas en hospitales públicos.
Le siguieron la sobreventa de pasajes; y lo que es peor aún, que bajen al pasajero del avión por ese motivo; la falta de mantención de calles y veredas; el no respeto en restaurantes de la zona de no fumadores; los apagones o cortes de agua, luz, gas, y teléfono sin causa aparente o sin aviso previo.
Irritan también en grande, los trámites y tiempo perdido para cambiar en los supermercados un producto vencido.
Que las tiendas no cambien los artículos malos, sino que los manden a reparar aunque sean nuevecitos; y que no respeten o se hagan tontos con las garantías de los productos que venden.
Las trabas y malas caras que hay que aguantar antes de poder cerrar cuentas bancarias y tarjetas, pese a solicitarlo con insistencia; y la terquedad de los bancos de aprovechar ese tiempo para seguir cobrando los cargos por atención de cuentas.
Que los cajeros automáticos no den todo el dinero que se solicita y sí lo cobren; que se anuncie rebaja de precios sin que sea efectivo; que las aerolíneas no se preocupen por el equipaje perdido; y ser cliente cautivo de los bancos con cobros por servicios que no fueron solicitados.
A los chilenos les molesta también, el exceso de llamadas a teléfonos particulares y a cualquier hora para ofrecer productos, promover candidatos, o pedir votos; y los altos precios que ahora con la crisis han alcanzado clínicas y hospitales privados.
Y en grado alto, que los municipios no fiscalicen el funcionamiento de los locales nocturnos de sus comunas.
Como ustedes saben soy mexicana y no chilena, pero muchas de las cosas que dijeron los entrevistados son exactamente las que a muchos de mis familiares y amigos que viven en México, les molestan más; lo que indica que no importa el país, todos tenemos coincidencias en casi todos los asuntos que irritan.

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