Playas de Policías.- Con cierto desgano y confusión, los oficiales de la Policía Municipal fueron sometidos desde primera hora a un riguroso procedimiento de evaluación de su confianza mediante una serie de exámenes especiales, por lo que debieron de entregar sus armas de cargo, mismas que serán objeto de un minucioso examen de balística.
Mientras que funcionarios del IV Ayuntamiento de Playas de Rosarito, aseguran que la ciudad no se quedará desamparada por esta situación, toda vez que los 149 agentes municipales continuarán sus rondines de vigilancia de manera normal, al ser acompañados en todo momento por efectivos de las policías Estatal Preventiva (PEP), de la Policía Federal Preventiva(PFP), así como del Ejercito Mexicano.
En grupos de 30 empezaron a ser trasladados a la base de operaciones e instalaciones de la Policía Estatal Preventiva con sede en el viejo edificio que originalmente se destinaría a albergar a una Cárcel Pública Estatal y donde hoy se cuenta con la infraestructura y personal capacitado para efectuar este tipo de evaluaciones.
La inusual movilización se realizó nuevamente en el edificio de Palacio Municipal y la Comandancia de Policía, denominada como X-1 en donde uno a uno de los agentes entregaron su armamento consistente en 300 armas tipo escuadra Vereta, así como de 150 armas largas calibre HK-63.
Posteriormente durante la sesión de Cabildo efectuada alrededor del medio día, voceros de la presidencia confirmaron del inicio de este operativo, como parte de las acciones anunciadas en el sentido de que se aplicarían evaluaciones a los agentes de policía para asegurar su situación y permanencia dentro de la corporación, como empleados de toda confianza que se supone deben de ser los agentes.
Se habla de que los exámenes van desde entrevistas o interrogatorios de corte psicométrico, pruebas de Antidoping y del bolígrafo entre otras evaluaciones que aplican expertos criminólogos y de la conducta.
Mientras que la evaluación de las armas no se precisó, pero se sabe que un operativo similar aplicado a principios de este año en la vecina ciudad de Tijuana, se prolongó hasta por semanas, lo que generó diversas manifestaciones e incluso situaciones chuscas de incertidumbre, cuando los agentes se armaron con piedras y resorteras para detener a delincuentes comunes.
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